Cuando hablamos de comunicación generalmente en nuestra mente se evoca la idea de la denominada comunicación verbal o lingüística, es decir, aquella que se realiza a través de un conjunto de símbolos arbitrarios y de un conjunto de reglas para combinar estos símbolos con la intención de comunicar algo (Ribes, 2012:619).
Sin embargo, existe otro tipo de comunicación que en inmensidad de ocasiones tiene un mayor peso en la interacción y que pone en marcha el ser humano prácticamente desde su nacimiento, es la denominada comunicación no verbal o no lingüística. Los elementos (...) no son plenamente simbólicos; es decir le faltan reglas para combinar dichos elementos (...) y/o el parecido del símbolo con el referente no es arbitrario (...). (Ribes, 2012:619).
En la infografía que se expone a continuación, hacemos referencia a la comunicación no verbal como marco para aquellos recursos y estrategias que utilizan los bebés para comunicarse y que hacen su aparición antes de la adquisición del lenguaje oral.
Hay que aclarar que los dos tipos de comunicación lingüística y no lingüística coexisten desde los primeros años de vida y continúan estando presentes a lo largo de todo ella.
Algunos autores afirman incluso, que un 65 por ciento de la comunicación humana es no verbal adquiriendo ésta una evolución progresiva, a veces sirviendo de apoyo al mensaje oral y otras actuando de forma exclusiva y con funcionalidad propia.
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